jueves, 3 de marzo de 2016

Una investidura "indecente"



Llego el día, y sin novedades. Sucedió lo esperado, al menos en términos absolutos. La propuesta de gobierno de Pedro Snchz  con Ciudadanos fue rechazada por la mayoría de la cámara, y por lo tanto, habrá que esperar al viernes (en teoría a las 21 horas) para ver la segunda votación, cuyo resultado se prevé idéntico a este último.

A pesar de ser una votación con resultado ya conocido,  guardaba mucho interés ver como se desenvolvían los nuevos en el Congreso, el reencuentro Rajoy – Sanchez, la reacción de los independentistas…

Rajoy sorprendió, o al menos,  me sorprendió. Irónico, sutil, ingeniosos, duro…humillo a Sánchez. Nunca le perdono que llamara a Mariano Rajoy “indecente”, y ayer Rajoy no tuvo piedad, como si la ha tenido otras veces.  Sánchez volvió a demostrar que no está al mismo nivel que el resto de sus competidores en los debates, sean del tipo que sea. Ya llego a la investidura vestido de fracaso, sin guardar la más mínima esperanza de que su gobierno pudiera salir adelante.

Pablo Iglesias adopto una postura más radical, con un discurso duro y reivindicativo, que no se si gustara por completo a sus 5 millones de votantes. Iniciando su discurso hablando del franquismo, en él vemos esa España de posguerra, impropia en gente de su edad. Lo más lejos que puede llegar la mentalidad de época de este señor es (como mucho) a 1978. A veces da la sensación de que a Pablo le hubiera gustado vivir la época oscura de España, de guerra civil y dictadura.

Albert Rivera se presento como el moderado, defendiendo mejor que Sánchez el pacto firmado entre sus dos formaciones. Si se le preguntara a alguien no informado de la vida política española, se les pusieran los discursos de Sánchez y de Rivera, y se le preguntara quien es el candidato a la presidencia del gobierno, respondería que el candidato parecía Albert Rivera, y así es. ¿Por qué un pacto C´s-PSOE? Cuando Albert (y el resto de la humanidad) sabía que era prácticamente imposible que saliera adelante, y que supondría un estigma (ya veremos con que efectos) de cara a unas nuevas elecciones.  Está claro que Albert se ha colocado en una posición relevante, o más que relevante, visible, teniendo en cuenta las circunstancias post electorales (40 escaños y sensación de fracaso entres sus filas). Veremos si estos movimientos le son favorables, como indican las encuestas.

La campaña electoral ha comenzado, pues, salvo milagro, volveremos a tener unas elecciones generales a finales de Mayo, principios de Junio.

¿El resultado? El mismo, o casi. En mi opinión, solo veo posible una salida: la gran coalición. La pregunta es, ¿verán la realidad PP y PSOE antes de forzar nuevas elecciones o están a tiempo y llegaran a acuerdo antes de convocarlas?

Bienvenidos de nuevo al cuento de nunca acabar. 

@CarlosForlan1

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