La mayoría de estudios sociológicos coinciden en que el
centro ideológico está representado por el 40% del censo de votantes totales. Este
espectro es el que ha dado las victorias a los distintos partidos a su
izquierda y derecha-PSOE y PP- durante los años de democracia, sin él no
hubiera existido el turnismo político.
Durante la eterna
campaña previa a las últimas elecciones acaecidas el 20 de diciembre, los
principales partidos saltaron a la conquista de este amplísimo espacio en
tierra de nadie, ya sea moderando sus postulados volviéndolos menos
progresistas o conservadores, o bien realizando un "framing",
identificando al centro como el "pueblo", que recuerda a algún que
otro precepto de alienación marxista. Ahora bien, ¿existe el centro político en
España? Para ello, deberíamos realizar un análisis de qué es el centro
político, así como conocer bien qué es España: La política, como la economía y
toda ciencia que tenga como variable principal el comportamiento humano, es
mutable y cíclica, ¿cómo podemos ver esto?, observando la respuesta de los
votantes ante la realidad sociológica.
En 2016, estamos
asistiendo al preocupante auge de partidos xenófobos, sólo tenemos que estudiar
los resultados electorales de las pasadas elecciones en Alemania, Eslovaquia,
las primarias en EEUU, las previsiones griegas, etc. El ciclo anterior estuvo
marcado por un desmarcamiento de la llamada "tercera vía", con
personajes reformistas, alejados del viejo eje dual izquierda-derecha, marcado
por personajes como Obama, Renzi, Trudeau, Valls y un largo etc. de partidos
que aparecieron como alternativas al bipartidismo imperante en las sociedades
arraigadas a la cultura del bienestar. Esta rama del pensamiento político
abogaba por un planteamiento económico alejado del habitual, completamente
nuevo, por un reconocimiento mayor de las libertades civiles y un abandono del
cortoplacismo, legislando para toda una generación, por lo que su vida, en
época convulsa, fue más bien efímera.
En segundo lugar,
debemos plantearnos ¿qué es España?, ¿cuál ha sido la cultura de los votantes
de este País a lo largo de la historia de la democracia? Pues bien, pocos y
cortos han sido los intentos de reforma del sistema turnista arraigado en la
democracia española, en algunos casos corruptos y meramente presenciales-véase
el radicalismo de Lerroux-, o controvertidos-reformismo de Azaña y sexenio
democrático-, apenas manchas en la historia de una España con una clase alta
perpetuada en el poder y una clase baja demasiado preocupada en sobrevivir como
para poder desarrollarse libremente. Pérez Galdós vaticinó mientras se
producían las guerras carlistas que el enfrentamiento de la sociedad española
derivaría en algo monstruoso, como lo hizo al siglo siguiente, y cuya represión
posbélica la dividió aún más si cabía.
Hoy en día seguimos separados en torno al sentimiento de
nación por esa guerra. Me declaro centrista, creo en esa "tercera vía",
creo en un planteamiento político moderno, largoplacista, alejada de la cómoda
visión bipartidista que no deja avanzar a una sociedad que lo pide a gritos,
cuya principal bandera sea un esquema económico alejados del eje tradicional
entre proteccionismo y desregularización, cuyos objetivos sean mucho más
ambiciosos, más allá que turnarse en el poder para su propia existencia, una
conciencia social basada en el respeto mutuo y no en la imposición de la moral
de una "mayoría relativa", ya sea religiosa o estamental, una
"marca" nueva, capaz de limpiar la desteñida imagen de la democracia
española.
Poder reforzar el
espectro centrista en España no es fácil, hace falta un partido y un programa
moderno, alejado de los estigmas, ecologista y al servicio de los ciudadanos,
que será criticado por aquellos que tengan miedo a hacer las cosas bien. Hace
falta abandonar el enfrentamiento que durante siglos persigue a esta sociedad,
para crear una nueva, un cambio de mentalidad y una idea de colaboración y no
confrontamiento. Pueden pasar años, décadas, incluso siglos, pero podemos ser
capaces de, finalmente, crearlo. La virtud está en el centro, el centro puro,
no se llega al centro siendo económicamente de derechas y socialmente de
izquierdas, sino creando una visión política aparte. Porque nadie cree que en
la virtud de una dieta mezclando kebab con ensalada
@ACAdell69