Buenas tardes, queridos. El artículo de hoy quiero dedicárselo, a pesar de que el cabrito me tiene bloqueado en Twitter junto al resto de la crème de la crème de la progrez twittera de alto standing, a mi admirado e idolatrado Pablo Iglesias. Puede parecer una contradicción en toda regla, pero a veces hay que apartar de la discusión lo que es mera política, para hablar con el corazón, para poder expresar con franqueza nuestros sentimientos, preocupaciones y divagaciones.
Pues sí. El pobre Pablo, sin más compañía que la de su coleta (cada día más límpia y brillante, no sé si lo han observado), deambula por los yermos páramos que constituyen la política española de hoy. Uno de sus principales apoyos, como es Monedero, ha decidido abandonarlo a su suerte, esgrimiendo no sé qué cosa de una deriva intelectual, traiciones y demás. Iglesias intenta llenar ese vacío en su corazón derrochando cursilerías del calibre de "necesita volar", en un desesperado intento por aferrarse al recuerdo de su compi.
La cuestión es que no es el trotskista simpático el primero en dejar el nido podemita. No hace demasiado tiempo, tuvo que quebrantar la relación sentimental (esta sí sin metáfora alguna) con Tania Paulova Sánchez. Lo más curioso de todo es la capacidad de insistencia que poseen todos ellos al negar de forma rotunda y continuada la existencia de disputas internas en el seno de Podemos. Y lo cierto es que hay más tensión que en el bautizo de un gremlin.
Muchas cuestiones surgen ante estas circunstancias. ¿Quién se queda con la custodia de Iñiguito? ¿Quién suplirá la cantarina figura del profesor de la Complutense? ¿Quién curará el corazón partío de Iglesias? Porque amantes políticos tiene muchos Pablo (y fuera de la política, en su clase parece que también), pero no se sabe a ciencia cierta cómo acabará la cosa. Pero lo que sí que es preocupante (para ellos) es que pierden apoyos a un ritmo atroz. Y su formación más bien se asemeja a un culebrón venezolano. Y además, de los malos.
¡¡Un saludo!!
José Arquer
@josearquer95
No hay comentarios:
Publicar un comentario